Salud familiar

La familia, básicamente, es un conjunto de personas unidas por parentesco, ya sea por afinidad o por consanguinidad. Según Radhika Coomaraswamy, es el lugar social en el cual las personas aprenden a cuidar, confiar y nutrir tanto a ellos mismos como a los demás. Por esta razón, la familia cumple un rol educativo: es en ella donde se inicia el proceso de reproducción de la cultura y de los individuos.

La cultura lo abarca todo: los instrumentos, las definiciones, las ideas…La palabra salud, eso que según la Organización Mundial de la Salud es el estado de bienestar físico, mental y social en armonía con el medio ambiente, no tiene significado alguno sin la cultura que se lo da, por esta razón es necesario trabajar la salud desde y para la familia.

La salud familiar es la convivencia de la salud de todos los individuos que conforman la familia, por eso se construye a diario en la dinámica de sus miembros ante las situaciones que se les presentan. Como todas las situaciones son distintas y así también todas las personas, el cuidado de la salud familiar es único según cada familia, pues responde a la identificación de cada individuo con el grupo familiar. Por esto, es un proceso dinámico que esta en constante cambio.

Una familia saludable propiciaría su crecimiento y desarrollo según cada uno de sus miembros, sus relaciones con el medio y con ellos mismos, de modo de poder enfrentar adecuadamente y eficientemente sus problemas cotidianos por medio del apoyo mutuo y del entendimiento, para poder expresarse satisfactoriamente como familia y gozar del bienestar físico, mental y social resultante de haberlo logrado. Para lograrlo tiene que conocer bien sus problemas, aprehenderlos y quererlos enfrentar.

Los problemas familiares tienen causas múltiples, entre las que pueden estar factores socioeconómicos, como el nivel total de ingresos y el ingreso per cápita; sociopolíticos, como los conflictos de identificación ideológica; socio psicológicos, como el nivel de integración, participación y convivencia; y socioculturales, como el nivel educativo, el estado de salud, la estructura familiar y los conflictos externos a la familia, así como los conflictos personales de los miembros integrantes.

Entonces, la salud familiar depende de la interacción entre el medio y la familia, entre sus integrantes y el medio, y entre la familia y sus integrantes. Dado que todos son elementos no dependientes, es mucha la posibilidad de cambios y de respuesta ante las situaciones. La capacidad de una familia de enfrentarse a sus problemas es única, depende de ella misma.

Aunque como podrá verse, existen serias limitaciones para la definición completa de salud familiar, hay ciertos parámetros que pueden mejorar la convivencia familiar, y por tanto su salud. Esos parámetros son el autoconocimiento y la creación de normas mutuas mediante el diálogo familiar.

La familia debe conocer el estado concreto de salud individual que presenta cada uno de sus miembros, su modo de funcionamiento, su estructura y su manera de enfrentarse a los problemas. Deben conocer sus debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas. Sólo así podrán enfrentar adecuadamente sus problemas. Después de haber aprehendido sus problemas, es necesario el diálogo intrafamiliar, para establecer nuevas normas de vida que propicien la convivencia del grupo.